El poder de los pensamientos

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el poder de los pensamientos: algunas veces nos sentimos desanimados, culpables, tristes, enfadados, y no sabemos lo que nos pasa…

Nuestros pensamientos están ligados a nuestros sentimientos y  nos producen emociones. Algunos pensamientos son disfuncionales y nos hacen sentir intensamente mal. Esta clase de pensamientos surgen de manera automática y por regla general  no se ajustan a la realidad , sin embargo los incorporamos a nuestro repertorio habitual de respuestas. Un buen número de ellos, forman parte de nuestro bagaje de aprendizajes y del mismo modo que los hemos aprendido podemos desaprenderlos también, más aún si carecen de criterios de racionalidad.

Estos pensamientos automáticos  no suelen ser objetivos y casi siempre están basados en premisas irracionales cuyas consecuencias damos por ciertas  sin cuestionamiento alguno. Son frecuentemente la causa de sentimientos que nos hacen sentir mal  y percibir las situaciones de manera desfavorable. La mayoría de las veces se trata de pensamientos subjetivos, erróneos que no se ajustan a criterios de racionalidad,  que sin embargo damos por ciertos por el mero hecho de tenerlos presentes y sin detenernos a analizarlos

Una forma eficaz de cambiar las creencias y su repercusión en nuestros sentimientos,  es cuestionar su veracidad y obtener  información poderosa que contradiga la veracidad de tales creencias. Cuestionar, poner en duda, tratar de obtener pruebas de realidad, buscar evidencias a favor o en contra de esos pensamientos, puede ayudarnos a  discernir acerca de aquellos pensamientos disfuncionales de aquellos basados en pruebas de realidad,

El modo en el que pensamos determina nuestros sentimientos y por tanto, nuestro  estado emocional. Cuando nuestra forma de pensar esta constituida por  interpretaciones subjetivas y  no está sometida a pruebas de realidad, no es contrastable, no tenemos pruebas de que sea verdadera , influye negativamente en nuestros sentimientos y pueden provocarnos un intenso malestar.

Contrastar nuestros pensamientos, analizarlos y someterlos a pruebas de realidad, es una tarea que podría resultarnos muy útil cuando nos sentimos emocionalmente mal y no sabemos que no está pasando.